“Memoria sucinta de los días inaugurales de la nacionalidad, el Epítome de la conquista del Nuevo Reino de Granada señala: "digo que se gastó la mayor parte del año de treinta y ocho en acabar de subjetar y pacificar aquel Reino. Lo cual acabado entendió luego el dicho Licenciado en poblallo de españoles y edificó luégo tres cibdades principales. La una en la provincia de Bogotá y llamóla Santa Fe. La otra llamóla Tunja, del mesmo nombre de la tierra. La otra llamó Vélez, que es luego a la entrada del Nuevo Reino, por donde él con su gente había entrado...". Exactamente cien años después de acaecidos los hechos registrados por el autor del Epítome, Juan Rodríguez Freyle evocó y recreó en El carnero la minuciosa consolidación de esas ciudades, no sólo desde su ángulo administrativo y oficial, sino —y aquí radica su peculiaridad— desde una perspectiva inusual: la intimidad doméstica y cotidiana de sus primeros habitantes. Por todo ello, si la sinopsis precede con su concisión a la totalidad de la crónica, ésta le ofrece al lector un universo particular, en el que la historia cede su lugar a la confidencia y al chisme, al análisis del comportamiento civil y al sondeo psicológico: un vasto fresco que plasma para la posteridad la condición humana en los primeros tiempos del Nuevo Reino de Granada.” (
R. H. Moreno-Durán.)
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